EL HUMÚCULO SE DA ESPACIO
Es precisa toda la noche
o una memoria de tizas
para dirimir la fruición del frío hacia los gestos
ese rito dé fronteras
que nos damos para existir.
Es preciso reclinar el vértigo
del penúltimo cuerpo
en el que el tiempo
es una manera de ser débil,
un pecado a corazón anónimo,
una mácula ensanchada de rutina
donde arrojar unas gotas de azar
y respiramos abrochando la inclemencia.
Urge volver a perder realidad
porque la muerte no da su tregua a torcer
definición a definición
deletrea despacio
la mueca oportuna de no encontramos,
ese guarismo furtivo que incide en la ingle.
Y es señal de que al menos
las abdicaciones que nos piensan
no se atreven a explicamos
cómo retomar al pulso
de nuestros renglones de relente
esos rastros de vida
donde trashuma el bautismo de un nombre.
Rodolfo Pico. Gijón-Mayo de 1984
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