Sobre la horizontal tierra sedente, la efeverscencia crece e irrumpe, abriendo su piel a la forma que se apodera del espacio y sube para ganarlo, para poseerlo, definiéndose en prismas o cilindros geométricos, como frutos vegetales sólidos, depurados en la forma y sugerentes en calidades, nuevas por su presentación y medida, viejas por su relación con raigambres de ricas ascendencias orientales y europeas. Como toda cadena viva, nos unen a la naturaleza y a la historia de la mejor tradición estética del siglo XX.
Entre aquellos nobles trabajadores de la arcilla, los esmaltes y el fuego, habrá que inscribir a Toni - Jesús y Mindi, a Mindi - Jesús y Toni, que rompen el encasillamiento conceptual e incorporan su obra en la ambiciosa continuidad de los autores que han poblado y enriquecido nuestro tiempo de creatividad y de belleza.
La sólida construcción de la arquitectura, la fluidez pictórica, el surreal objeto, definido en grises de una difícil y misteriosa gama, inscritos en el gusto goyesco, punteados de purísimo blanco, salteado, goteado en cinabrios ... Bienvenidos estos objetos, estos pobladores, que acompañarán ya nuestra existencia.
ALEJANDRO MIERES
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