La poética esencialidad de los dibujos con regla
Bien se puede decir que ésta es una exposición extraordinaria. Lo es porque de cuantas lecturas se pueden hacer, a estas alturas de su trayectoria, de la obra de un artista tan consagrado, tan reconocido y estudiado como Miguel Galano, pocas podrían resultar tan interesantes y novedosas como la que la presente muestra nos ofrece. Una original y sugestiva variante del trabajo del pintor, hasta ahora escasamente conocida, que por la amplitud de la obra reunida implica una aportación considerable en la posibilidad de análisis y comprensión de su creación plástica.
Porque es esta prácticamente la primera vez que Miguel Galano presenta una exposición de dibujos, y además de dibujos hechos con regla, un ejercicio que teóricamente podría esperarse de fría precisión geométrica, en ausencia del temblor del gesto, pero que sin embargo, en la contemplación no se contradice con el sentido romántico y la motivación conceptual del resto de su obra. Estos pequeños dibujos poseen en su sutil poética de lo mínimo, un lirismo espontáneo difícilmente explicable que constituye un enigma apasionante. No son en ningún caso bocetos ni puntos de partida para obras de otra técnica sino obras acabadas en sí mismas, con entidad propia, aunque en otra variante pueden aparecer también en óleos o aguadas como pequeñas anotaciones dibujísticas de formas figurativas perfectamente integradas. En cualquier caso, una poco conocida seña de identidad y una dimensión íntima en su personal lenguaje, como es la música de cámara para el compositor: una creación para ser interpretada con un reducido número de instrumentos y sentida como un goce privado.
Decía Palazuelo que la geometría está en el fondo de la vida y eso es algo que saben bien todos los artistas, desde los impresionistas, pese a su tendencia a asegurar que no hay líneas en la naturaleza, hasta De Chirico, metafísico de geometría más que de mancha, cuando aseguraba que la obra debe ser considerada esencialmente como una arquitectura de líneas. Y no podemos olvidar aquel famoso manzano de Piet Mondrian al que en sucesivos estadios de su descripción fue despojando de ramas y hojas, de toda su corporeidad orgánica hasta convertirlo en una estructura de verticales y horizontales en su proceso hacia la abstracción neoplasticista.
Galano siempre supo de esa presencia de la geometría en la vida, y como consecuencia en su obra, pero de pronto esa presencia se hizo más explícita, declarada. Porque, según sus propias palabras, la geometría aparece cuando menos se espera. Podemos incluso encontrar un paralelismo con el ejemplo de Mondrian, sólo que lo que en el holandés fue un camino hacia la contraimagen de lo objetivo, en el pintor asturiano supuso por el contrario el logro de una representación esencializada de sus motivos de siempre mediante unos dibujos que participan plenamente de su estética y su manera de sentir el paisaje, conservando su capacidad de influir emotivamente en el espectador desde su esencialidad. Estos dibujos con regla que activan y sujetan la forma y poseen tanta energía concentrada y sentimiento ensimismado, traen a la memoria un aforismo que Braque repetía muy a menudo: Deja que la regla corrija la emoción y que la emoción corrija a la regla.
Es ésta una nueva experiencia para el espectador en la contemplación de la obra de Miguel Galano, como supongo que lo ha sido, y muy enriquecedora, para el artista porque supone un distinto acercamiento plástico al motivo, lo que ve y lo que vive y lo que luego pinta, tras cerrar los ojos, recordar y mirar en su interior, en los dibujos más desde la idealidad conceptual que desde la realidad descriptiva.
Rubén Suárez
[Fragmento del texto para la exposición Dibujos de línea, presentada en el Complejo Cultural As Quintas de La Caridad y en el Museo Nicanor Piñole de Gijón en 2011.]
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